¿Tiene sentido seguir acumulando prendas que cuesta muchísimo hacerlas y luego apenas te pones? ¿Tiene sentido gastar un dineral en comprar lanas que luego se convierten en proyectos con los que no estás tan contenta? ¿Debemos seguir comprando y almacenando lana y prendas que no tendremos tiempo de ponernos?
El capitalismo es una apisonadora que nos pasa por encima incluso cuando pasamos la hebra del último jersey que estamos haciendo.
Hemos perdido días y días en tejer un patrón que está muy mal testado. Nos hemos gastado una cantidad ingente de dinero en una lana que al final hizo pelotas. Nos da pereza hacer la muestra y tenemos que repetir y repetir. A veces tejer da mucho dolor de cabeza.
Sin embargo seguimos tejiendo (fija discontinua) y la ilusión de un nuevo proyecto es una energía que más vale no desaprovechar. Seguimos comprando lana, aunque no a borbotones. Y volvemos a deshacer prendas que ya no nos ponemos porque siempre hay una oportunidad de convertirlo en algo nuevo. Es algo que me reconcilia con este mundo de usar y tirar.
Tampoco tengo mucho más que decir que tengo que seguir tejiendo.